A las autoridades del Ayuntamiento de Mérida,
Soy profesor de piano en el Conservatorio de Amaniel de Madrid, reconocido concertista en los escenarios extremeños, y persona muy vinculada a Extremadura, por nacimiento, y por quince años de enseñanza en el Conservatorio Profesional de Cáceres, hasta hace dos años.
Crecí en Badajoz, ligado a mi padre, Isidro Duque, profesor en el Conservatorio de Badajoz, músico emeritense muy reconocido en esta ciudad y alumno del ya fallecido D. Luis de Bernardi, director durante muchos años de la Banda Municipal,
Creo firmemente que sería un craso error para la ciudad de Mérida la extinción del Conservatorio. Yo vi de cerca, como alumno suyo que fui, los esfuerzos de Esteban Sánchez para ponerlo en pie y dotarlo de los mejores profesores, como así se ha mantenido. Incluso llegué a trabajar un año en él como pianista acompañante, guardando un gratísimo recuerdo. La formación artística, cultural y humana de estos profesores es extensísima, lo digo con un conocimiento pleno, y además comprobado recientemente en una actividad que allí realizé hace dos años, una conferencia más unas clases sobre la vida y obra de Chopin, el genio máximo del piano. Vi con auténtico asombro cómo los profesores del departamento de piano, más otros numerosísimos profesores de otras especialidades se esforzaron por estar allí y llevar a sus alumnos. En el caso de los pianistas, literalmente, la asistencia, gracias a la voluntad y el compromiso de sus profesores fue prácticamente del cien por cien. Y no puedo olvidar el auténtico interés y placer que vi en esos rostros de niños y jóvenes que allí estaban, oyendo hablar sobre un compositor de piano tan excelso como Chopin. Pero eso no viene de la nada, sino del entusiasmo y el amor transmitido hacia la música por sus profesores.
La verdad es que ahora veo que he tenido una vida entregada en gran parte al estudio y al placer de la música, y me siento muy orgulloso de ello, y también cuando veo que puedo influir y ayudar a otros, igual que otros me ayudan a mí. Todo es un continuo aprendizaje, creo firmemente en lo que hacemos, por eso doy mis opiniones y con especial contundencia cuando percibo ataques hacia los intérpretes o hacia la llamada música clásica, realmente pienso que no tienen ni idea de lo que es la relación con un instrumento y con la música, los valores que representa y en lo que se sustenta, y la cantidad de placer y crecimiento humano que se deriva del contacto con la música de los grandes clásicos. Pero también percibo que, a la mínima argumentación no pueden replicar, se desinflan como globos, porque no tienen razón, y porque, básicamente sólo repiten sonsonetes sin coherencia. Ahí también soy consciente de nuestra fuerza. Realmente hacemos algo valioso, hasta tal punto que merece la pena dedicarle nuestros mayores esfuerzos, tanto personales, como de alumbrar y descubrir este mundo a los demás, y especialmente a los más jóvenes, en los que el conocimiento de la música universal inculca un goce estético, una apertura mental y una serie de virtudes de carácter que les acompañarán durante toda su vida.
Es maravilloso ver cómo un joven se emociona con una nueva idea, un concepto, la belleza de una frase cuando se la muestras como algo pleno de sentido y de grandeza, o cuando la relacionas con un concepto filosófico, literario o poético. Entonces hay días, la mayoría , que vuelves a casa con un sentimiento de euforia, unido a un gran agradecimiento por los que te enseñaron a ti. ¿Se puede pedir más ?
Gracias José María Duque por tus palabras de apoyo, por tu sensibilidad y por la música que llevas años regalando a un público que te admira y te quiere.
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