A
quien corresponda Autoridades
de Mérida, Extremadura, España.
Madrid,
5 de marzo de 2013
Me encuentro en el Teatro
Real participando en los ensayos de la ópera Don Giovanni, donde me
comentan la complicada situación por la que atraviesa el
Conservatorio de Mérida. Después de ampliar esa información a
través de los medios de comunicación, quisiera manifestar, a quien
corresponda, la necesidad de tomar las medidas oportunas con la
máxima urgencia para evitar tan grave pérdida.
De mis estancias en esa
maravillosa ciudad, recuerdo con especial cariño aquel 14 de agosto
del año 2001, cuando tuve el honor de participar en su prestigioso
festival. Revisando mi hemeroteca he podido comprobar que el programa
con el que me presentaba estaba compuesto por obras de Scarlatti,
Vivaldi, Puccini, Respighi, Fauré, Granados, García Abril y Turina.
Les puedo asegurar que musicalmente no había, en el argot que
solemos emplear los cantantes, ni una sola concesión a la galería,
por lo que pude constatar aquella noche que el nivel de sensibilidad
musical del público era a todas luces excepcional.
Aún resuenan en mi mente
los ecos de sus cálidos aplausos y lo que es más importante, el
respeto y la veneración del público hacia la música. Era tal el
silencio en los pianos y cómo contenían el aliento, que en pocas
circusntancias de mi carrera he vuelto a sentir tanta emoción.
Evidentemente que detrás de todo aquello debía estar, sin duda
alguna, la labor durante años del conservatorio de música de la
ciudad, pues de otro modo era totalmente incomprensible. Por eso
animo a los profesores y resto del personal del conservatorio, a no
rendirse ante la adversidad y continuar la lucha por ese mágico
proyecto de futuro.
Cuando dejamos de lado la
cultura, alejamos a los ciudadanos de la libertad y del progreso. Es
hora de tomar conciencia de las necesidades del espíritu, ésas que
como la música contribuyen a hacernos mejores ciudadanos y que en el
futuro serán el dique de contención contra situaciones tan
lamentables como la que estamos viviendo.
Por eso solicito
humildemente a quien corresponda, tome las medidas oportunas para
evitar esa gran tragedia que supondría para la ciudad de Mérida,
para Extremadura y por consiguiente para España, la pérdida de ese
conservatorio como alma del motor de nuestro progreso.
Atentamente.
Ainhoa Arteta
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